EL GRAN SALTO
Entiendo que dar un salto como el que di yo no es para
cualquiera, ya que realmente hay que estar como una cabra de ágil para
acometerlo, aunque más que ágil el tipo de salto que yo realicé requería de agilidad
mental y audacia sin igual, ya que al igual que esta cabra que salta el
precipicio, un mínimo fallo o despiste provocaría la caída al vacío.
¿Creéis que esa cabra y yo no amamos la vida, para tener que
realizar ese tipo de saltos con el consiguiente riesgo que supone jugarse el
todo por el todo en muchos momentos de nuestra existencia?
¿Creeis que hubiésemos elegido ciertos caminos o frecuentado laderas tan escarpadas y abismos sin fin, si hubiésemos tenido a mano y a pezuña senderos menos inhóspitos y peligrosos?
Por supuesto que ni nos hubiésemos asomado al barranco, y aún menos lo hubiésemos intentado saltarPorque tanto ella como yo estaremos como una cabra pero no
somos estúpidos e insensatos, y por supuesto preferimos vivir a morir, pero
asumimos que la misma vida, conlleva riesgo, no hay certezas, todo es aventura,
y aunque siempre evaluamos los riesgos, y calculamos los saltos con precisión,
no disponemos de pólizas que nos aseguren el éxito de aquello que acometemos,
ni de esos saltos que realizamos.
La única compañía de seguros que nos asegura y nos acompaña
es ese estar seguro de uno mismo, confiando plenamente en nuestra capacidad
para saltar y, una vez iniciamos la arriesgada maniobra, el salto lo acometemos
con decisión, sin albergar dudas o temores, ya que siempre confiamos en nuestra
posibilidad de poder alcanzar ese objetivo que nos proponemos.
No miramos hacia atrás, ni tampoco hacia el vacío,
sencillamente nos concentramos en el acto y el salto en cuestión, fijando
nuestra mirada y deseo en aquel, nuestro destino final.
Aguila Solitaria
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