MODELO DE CARTA ANTIVACUNA PARA DIRECTOR DE COLEGIO
COLEGIOS PÚBLICOS
A la atención del señor director
del centro escolar
Estimado señor director: Me dirijo a usted en mi condición de (padre/madre) del (menor/menores) ……………………, escolarizados en ese centro.
Lo supongo al tanto de la actual campaña de vacunación contra el COVID 19. Quizá también sea conocedor de que existe en la sociedad (no en los medios de comunicación)/un debate sobre la peligrosidad y al mismo tiempo sobre la eficacia de este tipo de vacunas.
Sin perjuicio de que tanto usted como el claustro que tan dignamente dirige sean de otra opinión, considero que la sustancia a la que se insiste en llamar vacuna es un suero que no ha superado la fase de experimentación clínica y que no ha sido autorizado por la Agencia Española del Medicamento, y por tanto no es seguro. También estoy al tanto (y no es una suposición, sino una certeza) de que en muy alta proporción la administración de esa cosa ha dado lugar a muertes, lesiones neurológicas, perjuicio del sistema inmunológico y otros efectos secundarios graves.
De aquí mi decisión, como
progenitor y responsable del bienestar de mi (hijo/hijos) de que no (le/les)
sea inoculada la vacuna en cuestión.
No hay duda alguna en relación con
el marco legal aplicable. Tanto el convenio de Bioética de Oviedo como la
declaración universal de Bioetica de Paris y la ley de autonomía del paciente
garantizan que el consentimiento es prioritario a cualquier tratamiento médico.
En este caso, por favor tome nota de que no hay tal consentimiento.
El artículo 10.2 de la Constitución
manda que el catálogo de derechos fundamentales en ella recogido deberá
interpretarse de conformidad con la Declaración Universal de derechos del
hombre y demás convenios de derechos humanos suscritos por España. Esto
significa que el derecho a la integridad física y moral recogido en su
artículo 15 debe hacerse extensivo a la opción de no seguir un tratamiento
médico no deseado ni solicitado, como sucede en este caso.
Explicado de forma más sencilla: El
derecho a no ser vacunado forma parte del recogido en el artículo 15 de la
Constitución y por lo tanto es un derecho fundamental de la persona.
Pues bien: Nos encontramos ante una
presión mediática, política y jurídica tan intensa en favor de la vacunación,
que están menudeando fenómenos desafortunados en mi opinión, como son las
reclamaciones judiciales para que se obligue a recibir la vacuna a ancianos
alojados en residencias, entre otros casos.
La presente comunicación tiene
carácter preventivo además de extraordinariamente cordial. Su objeto es
adelantarme a una posible situación inesperada en la que los padres pudiéramos
vernos sorprendidos por el anuncio de la inminente vacunación de nuestros
hijos.
De forma muy afable y
considerada, además de pedirle que NO permita que se administre la vacuna
a mi (hijo/hijos), le participo que si se produjera una situación de ese tipo,
formularía contra usted y los demás responsables querella por el delito del
artículo 542 del Código Penal en relación con el 15 de la Constitución.
Esta querella se formularía con
independencia de los posibles resultados dañosos y por el mero hecho de la
inoculación.
Si además tales resultados dañosos
se produjeran, se formularía reclamación de responsabilidad patrimonial de la
Administración y, llegado el caso, se haría efectiva la misma sobre el
patrimonio personal de usted y otros responsables a virtud del artículo 36.2 de
la ley de régimen jurídico del sector público. Ello sin perjuicio de la
posibilidad de formular querella por un posible delito de daños.
Sin otro particular, reciba un
cordial saludo
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COLEGIOS PRIVADOS
A la atención del señor director
del centro escolar
Estimado señor director:
Me dirijo a usted en mi condición
de (padre/madre) del (menor/menores) ……………………, escolarizados en ese centro.
Lo supongo al tanto de la actual
campaña de vacunación contra el COVID 19. Quizá también sea conocedor de que
existe en la sociedad (no en los medios de comunicación)/un debate sobre
la peligrosidad y al mismo tiempo sobre la eficacia de este tipo de
vacunas.
Sin perjuicio de que tanto usted
como el claustro que tan dignamente dirige sean de otra opinión, considero que
la sustancia a la que se insiste en llamar vacuna es un suero que no ha
superado la fase de experimentación clínica y que no ha sido autorizado por la
Agencia Española del Medicamento, y por tanto no es seguro. También estoy al
tanto (y no es una suposición, sino una certeza) de que en muy alta proporción
la administración de esa cosa ha dado lugar a muertes, lesiones neurológicas,
perjuicio del sistema inmunológico y otros efectos secundarios graves.
De aquí mi decisión, como
progenitor y responsable del bienestar de mi (hijo/hijos) de que no (le/les)
sea inoculada la vacuna en cuestión.
No hay duda alguna en relación con
el marco legal aplicable. Tanto el convenio de Bioética de Oviedo como la
declaración universal de Bioetica de Paris y la ley de autonomía del paciente
garantizan que el consentimiento es prioritario a cualquier tratamiento médico.
En este caso, por favor tome nota de que no hay tal consentimiento.
El artículo 10.2 de la Constitución
manda que el catálogo de derechos fundamentales en ella recogido deberá
interpretarse de conformidad con la Declaración Universal de derechos del
hombre y demás convenios de derechos humanos suscritos por España. Esto
significa que el derecho a la integridad física y moral recogido en su
artículo 15 debe hacerse extensivo a la opción de no seguir un tratamiento
médico no deseado ni solicitado, como sucede en este caso.
Explicado de forma más sencilla: El
derecho a no ser vacunado forma parte del recogido en el artículo 15 de la
Constitución y por lo tanto es un derecho fundamental de la persona.
Pues bien: Nos encontramos ante una
presión mediática, política y jurídica tan intensa en favor de la vacunación,
que están menudeando fenómenos desafortunados en mi opinión, como son las
reclamaciones judiciales para que se obligue a recibir la vacuna a ancianos
alojados en residencias, entre otros casos.
La presente comunicación tiene
carácter preventivo además de extraordinariamente cordial. Su objeto es
adelantarme a una posible situación inesperada en la que los padres pudiéramos
vernos sorprendidos por el anuncio de la inminente vacunación de nuestros
hijos.
De forma muy afable y
considerada, además de pedirle que NO permita que se administre la vacuna
a mi (hijo/hijos), y le participo que si se produjera una situación de ese tipo
y surgiera algún efecto adverso, formularía contra usted demanda exigiendo las
correspondientes responsabilidades económicas de conformidad con el artículo
1902 del Código Civil, sin perjuicio de la posibilidad de formular querella por
un posible delito de daños.
Sin otro particular, reciba un
cordial saludo
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